viaje que empezó con la pérdida del avión
de ida por llevar el documento identificatorio caducado, por lo que tuvimos que
ir corriendo de bcn a la jonquera para que me expidieran un pasaporte a toda
prisa. Pero llegamos, pudimos acabar desembarcando en tierras inglesas. Veo que
el pasaporte fue expedido el 12 de agosto de 1995, o sea que esa es la fecha de
inicio del viaje. Siempre me pareció que en la foto de fotomatón de ese
pasaporte parecía más una terrorista que otra cosa pero la cosa funcionó.
Hacía
pocos meses mi única hermana, mi hermana mayor, se había casado en una pequeña
iglesia de un santuario en un rincón de la isla de mallorca, o sea que fueron
tiempos de viajes y nuevas experiencias. La verdad es que guardo muy buen
recuerdo de todos aquellos tiempos que culminaron con ese viaje a la isla
británica. Supongo que iba de islas el tema. Después de lo del pasaporte, abrir
la revista en el avión de la compañía que nos desplazaba de latitudes para
descubrir artículos que me motivaron a visitar sitios fuera de lo turístico en
la capital inglesa.
the complimentary magazine for East Coast travellers August/September 1995 |
Todo fue un suceso de acontecimientos que se iban ligando el uno con el otro. Fue un viaje que hice con mis padres pero hubo un día que me atreví a ir sola. Primero tenía pendiente el visitar el Zoo de Regent's Park para ver, de una vez por todas, el habitáculo construido por Berthold Lubetkin para los pingüinos. Bueno, en verdad veo que es la Pool para los pingüinos. Esas rampas entrelazadas que desde la asignatura de Expresión Gráfica nos habían mandado dibujar, sin casi información gráfica. Un ejercicio que me hizo sufrir porque se trataba de dibujar el elemento a mano alzada. Hasta incluso a posteriori me he enterado que cuando hubo herramientas gráficas para el dibujo en 3d, los alumnos se pasaban esas imágenes virtuales con tal de poder dibujar con un poco de decencia el espacio de Lubetkin. Nosotros no tuvimos esa oportunidad y salió lo que salió con nuestra imaginación puesta al límite. Tengo que admitir que me espabilé a encontrar imágenes, aunque fueran en blanco y negro, para poder entender cómo se entrelazaban esas rampas. Bueno, ya está, ese episodio lo dejo ahí.
Sólo que me encantó el Regent's Park, me encantan los
parques de Londres con toda su amplitud, son verdaderos centros regeneradores
de la vida, de la nuestra, incluso. Allí, sobre el césped, me senté para comer
al mediodía y establecí charla con un chico inglés y, hablando, hablando, las
abejas se apoderaron de mi bocadillo.. Pero me encantó la charla, aunque
tuviera que salir corriendo!! Aunque fuera Londres y fuera verano, aunque
siempre digan que allí llueve la mayor parte del tiempo, ese agosto, esos días
de agosto que estuvimos allí de visita, hizo un tiempo espectacular, con un sol
y unos cielos azules increibles, como los que tenemos usualmente en Barcelona.
La mayor parte de mi ropa no iba acorde con el tiempo genial que hacía pero
supe adaptarme con las pocas cosas que sí eran de verano. Supongo que el hecho
de que la habitación de hotel oliera a tabaco me echaba hacia el exterior y así
lo hice ese día que deambulé sola. No me acuerdo muy bien del orden de las
visitas, supongo que por la mañana iría al zoo, luego iría un momento a
descansar al hotel y luego iría a Sir John Soane's Museum en Lincoln's Inn
Fields, tal como me había sugerido la revista del avión. En la casa de Soane me
encontré, por pura casualidad con un compañero de la universidad que estoy
segura que ni se acuerda de ese encuentro. Me quedé helada, allí viendo las
vitrinas del piso inferior de esa casa entre medianeras retocada por el
arquitecto habitante que la vivió en tiempos del neoclasicismo. También
recuerdo que vi alguna pintura de Turner, que era tema pendiente porque me
resultaba familiar desde los apuntes de la universidad.
Y allí, en la casa de
Sir John Soane, uno de los trabajadores de esa casa-museo de origen pakistaní o
indio, no sé qué vio en mi pero se interesó en indicarme un sitio que no tenía
que dejar de visitar, la Chiswick House. Me indicó sobre el plano del
Underground como llegar. Ahora veo sus anotaciones y me cuesta entender lo que
escribió en ellas pero lo conseguí, conseguí llegar.
Aún cuando provoqué una
carcajada a una pareja inglesa cuando les pregunté por la Chisguic Jouse.. Allí
aprendí a pronunciar correctamente la palabra House!! Hasta fui piropeada por
el camino, seguramente llevaría ese vestido que me gustaba tanto amarillo con
florecillas de tonos granates, largo hasta los tobillas y con escote imperio,
de esos que se pusieron de moda por esos tiempos, recogiendo el pecho con una
cinta atada atrás. Así acabó mi día, visitando la Chiswick House en un sitio
alejado del centro, para volver luego al hotel y encontrarme al poco de llegar
al hotel con mi madre, que se había atrevido a coger el metro londinense ella
sola, sin casi entender la lengua y con lo poco que le gusta ir por debajo de
la ciudad. Y mi padre un poco después, que volvió atabiado con dos guías
pequeñitas de arquitectura, una de Londres y otra de Inglaterra, de esas guías
de las cuales me hice aficionada y que me ayudaron incluso a entender Tokyo
cuando la visité, aunque eso es tela de otro telar.
En un principio pensaba
explicar el viaje a Japón pero luego me vino a la cabeza que esa experiencia de
Londres 1995 también era buena de contar o sea que aquí os la dejo, por si
queréis leerla. Ahora que lo veo.. la revista que me inspiró en mi escapada no
era de la aerolínea sino de la compañía de trenes East Coast. Os comento:
realizamos viaje en tren de Londres a Edimburgo y supongo que fue allí cuando
pude preparlo todo. De Edimburgo saltamos a Aberdeen alquilando un coche, que
no me atreví a conducir, por cierto y que le solté al chico que nos lo alquiló
algo así como 'Maybe me is the problem', cuando soltó una de esas frases hechas
como deseándonos buen viaje y que seguro que no habría ningún problema. Ese
viaje fue la primera vez que puse en práctica mi inglés. Ya he vuelto a tierras
inglesas en dos ocasiones, en 2004 y más recientemente en 2012. Siempre tengo
ganas de volver. Es uno de mis sitios queridos. Es así.